Tal vez el término venenciar no te resulte familiar; en cambio, seguramente hayas visto alguna vez la forma tan peculiar de servir un vino de Jerez: desde lo alto dejando caer lentamente el líquido en el vaso alargado.
¿Por qué se utiliza esta técnica?
El instrumento, con el que se trasiega el vino, se denomina venencia y está compuesto por una varilla y un cubilete. El venenciador (profesional de la venencia) introduce la herramienta en la barrica y, con un golpe seco, rompe la capa de moho que cubre el vino y que impide que éste entre en contacto con el oxígeno y sufra alguna alteración. Así, se extrae el
vino limpio, sin posos, y se escancia en el vaso desde lo alto para que rompa y se oxigene correctamente para que, posteriormente, los catadores y enólogos puedan apreciar todos sus aromas y matices.
¿Cuál es su origen?
Esta técnica tiene su origen en las bodegas donde, antiguamente, se cerraban los tratos de compra-venta de partidas de vino. Una vez se llegaba a un acuerdo (avenenciar), las partes brindaban con una copa de vino, extraída de la barrica con el utensilio descrito anteriormente.
De esta manera, el arte de la venencia está estrechamente vinculado a los momentos de acuerdo y celebración; convirtiéndose en un acto perfecto para cualquier evento donde el
vino de Jerez esté presente.
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